ROBAR A UN LADRÓN DE GUANTE CALVO de Javier Ortega 10 enero a 10 febrero 2024
Tenemos muchas ganas de presentar la primera expo en solitario de Javier Ortega en nuestro espacio: ROBAR A UN LADRÓN DE GUANTE CALVO. Conocimos a Javi hace tiempo y siempre nos ha fascinado la cantidad de información preciosa que tiene en su cabecita. Por eso, esta expo es muy especial, porque cuenta mucho mucho:
Hace casi medio siglo, el 31 de enero de 1976, tres hombres armados asaltaron el Palacio de los Papas de Avignon y se llevaron 119 obras pertenecientes a la donación que había realizado Picasso. Otras 17 piezas se quedaron en las escaleras, no cabían en la camioneta. Todas estaban sin firmar, el artista solamente rubricaba las piezas que vendía. Se trató del robo más grande de obras de arte en la historia de Francia.
Un par de décadas antes, en una entrevista con Dore Ashton en 1954, confesaba que “prefería copiar a otros antes que repetirse”. Sin embargo, su última producción no está a la altura. En su mayoría se trataba de retratos: primeros planos, bustos, toreros, cabezas de mujeres y hombres… Nada excepcional. Más de 200 obras pintadas compulsivamente durante unos meses de las cuales apenas se salva un puñado. No se comprende: su capa de materia y el vigor del trazo no se corresponden con la calidad del resto de su obra. En cualquier caso, no fue un robo doloroso; Picasso ni se enteró, llevaba un par de años muerto.
El poeta Renè Char, en el texto que abre el catálogo, lo equipara con los personajes de Shakespeare y declara el conjunto como “la última fuga de un viaje de la energía del universo del arte”. Pienso que el arte debe decir algo, no entiendo el valor de la energía si la obra es muda y no te traspasa, conmueve o enfurece. Escribía John Berger que Picasso fue un invasor vertical, un tsunami voraz (“si hay algo que robar, lo robo”) imparable hasta límites irracionales. El desafío de la pintura, el poder como una inundación, aun a riesgo de extraviar cualquier propósito de comprensión: “Todo el mundo quiere comprender la pintura ¿por qué no se intenta comprender el canto de los pájaros? (…) Que comprendan que el artista obra por necesidad, que él es también un ínfimo elemento del mundo”. Una personalidad tan egocéntrica como pueril.
Y, sin embargo, a pesar de su afán por la naturaleza, le interesa y lo colecciona todo, su cabeza es un receptáculo de fragmentos que se disponen bajo un aparente pero desordenado equilibrio. Su vida y obra son un proyecto –como anota Estrella de Diego- infiel a cualquier estado y hábil en destrezas con dirección única: “convertirse en un gran maestro, capaz de retar a la historia, escribirla (…) ser poderoso y afamado en vida (…) liderar la vanguardia, el cambio sin discusión”.
El último Picasso retuvo la ambición, no tanto el arte. Para él -que veneraba la obra como una suma de destrucciones- mi propuesta es poner todo boca abajo: frases, papeles, collages, ojos, trazos, monotipos y líneas rojas, como quien tira a su padre una piedra erosionada por el paso del tiempo. Un trasplante de tejido, deconstruir al estratega en pequeños pedazos que proponen mirar a otro lado, hacerse el loco, mientras algún periódico sigue honrando el apellido. Olvidad al superhombre, se trata de establecer un pequeño cambio de perspectiva: respetar la obra, derribar al mito y trocearlo, robar a un ladrón de guante calvo.
Gracias Javi por esta maravilla!!
Esta exposición se podrá visitar hasta el 10 de febrero de 2024 en Échale Guindas (Pelayo 47, Madrid).